viernes, 14 de diciembre de 2012

LAS DISTINTAS VISIONES QUE NOS AYUDAN

En cuanto a lo de las hermanas, hay multitud de opiniones y muy variadas, jejeje, y es que supongo que cada uno en su vida encuentra su resorte de maneras diferentes y eso está bien, y no es que yo no tenga un maravilloso resorte en mi marido, para nada, de hecho ya lo puse en el post que le dediqué, que es el pilar de mi vida, lo que pasa es que he sido siempre una persona que ha necesitado mucho apoyarse en alguien, y a lo largo de mucho tiempo y muchos sin-sabores me he encontrado sola sin saber muy bien donde poder cogerme y en quien confiar.

Ahora tengo a mi marido, bueno desde hace 25 años, entre novios y casados, una bonita relación con una "mejor" amiga (mi amiga-vecina), otros maravillosos amigos, e incluso con mis hermanos, aunque no llega a ser con ellos, por lo menos para mi, lo mismo que si hubieran sido chicas, y no sé muy bien si es por mi forma de ser, porque soy algo vergonzosilla, un poco retraída (aunque ahora ya menos), porque hay ciertos temas que no me sale el hablarlos con ellos por considerarlos un poco tabú para hablarlos entre hermanos y hermanas, o porque durante mucho, mucho tiempo no nos terminamos de llevar bien.

Yo por ser la mayor y además chica, en mi casa me exigían una serie de cosas y a la misma vez, tenía otra serie de privilejios y quizás estos últimos despertaron en ellos una serie de envidias que nos llevaron a distanciarnos, a no comprendernos, a no escucharnos, a hacer cada uno su vida y por supuesto a no contarnos nada porque no nos teníamos confianza. Con Juan Carlos en escena, la cosa fue peor con uno de mis hermanos, porque muchas veces, mi madre,  hacía comparaciones entre ellos y ponía de ejemplo a mi Juan para muchas cosas y eso los sacaba de quicio, en especial al más pequeño. No veían más allá y por mucho que mi madre, Juan Carlos, mi padre o yo quisiéramos que formaran parte o formara parte de la familia, él se empeñaba en sentirse excluido.

Pero es curioso, como todo lo que fue desunión durante toda nuestra vida, se convirtió en verdadera unión, cariño, comprensión y apoyo al morir mi madre. Ya sabéis que yo lo pasé muy mal, y que gracias a mi marido sobreviví, pero también de alguna forma el apoyarnos, el intentar salir los tres adelante, y el querer que al menos mi madre se sintiera feliz y orgullosa en el cielo, nos sirvió para darnos cuenta, que ahí estábamos los tres, bueno los cuatro, porque Juan Carlos es como un hermano mayor para ellos, y que en muchos momentos nos olvidamos de nosotros para darnos cuenta de cómo estaba el otro o cúal era el que más necesitaba nuestro apoyo. Y así salimos adelante, y aunque sigo sin tener esa confianza que hecho de menos en una hermana, quizás en estos tiempo todavía más por la ausencia de mi madre y de mi hija,  si que es verdad, que hoy por hoy, me llevo muy bien con mis hermanos, que nos preocupamos, que el que más problemas dió y más envidia tuvo, ahora es el que más pendiente está de los demás y que incluso cuando murió Ángela, me dijeron que él lo pasó muy mal porque no sabía como podía ayudarme,  y que tratamos de conocernos y saber hasta donde puede llegar y dar cada uno para respetarnos.

Antes no lo hacía, sólo a mi marido, pero desde que murió mi madre y Ángela, he aprendido a decir más "te quiero", a ellos, a mi padre, a mis amigos, a mi ahijadito...... No todas las desgracias dejan cosas malas, también he sacado muchas cosas positivas que intento aplicar en mi día a día, en esta montaña rusa de sentimientos, en la vida misma.

Mi vidita pequeña, pedacito de mi, de mi alma, de mi ser. Te queremos.