martes, 12 de junio de 2012

LA META DE CADA UNO

Ahora mismo me siento como un globo, pero no por lo hinchada sino porque durante varios meses he estado cogiendo aire, inflándome, llenándome de vitalidad, de alegría, de ilusión, y de repente me he desinflado, de golpe, sin previo aviso y sin darme tiempo para estar preparada y he salido volando, volando, lejos, muy lejos y no sé muy bien donde me encuentro.

Tengo que ir cogiendo poco a poco otra vez aire para ir llenándome de nuevo y he de ir viendo donde estoy exactamente para no sentirme perdida y confusa. Es todo tan raro. Debería estar acostumbrada y sin embargo cada caída me resulta más difícil levantarme y no sé muy bien porque es, si será por cansancio o por conformismo, y me hace plantearme todo otra vez y preguntarme si hasta ahora, todo lo que he hecho para intentar salir a flote, para aprender a vivir de nuevo, para ser feliz dentro de la desgracia, para buscar lo bueno a pesar de todo, en definitiva para poder llevar mis dos caminos, me ha servido para algo, o quizás hubiera sido mejor ir más despacio, dejar fluir todos mis sentimientos más profundos, aunque ello hubiera supuesto no levantar cabeza en mucho tiempo, para luego resurgir de una vez y con toda la fuerza.

No lo sé. En mi afán por intentar superarme, por no dejarme arrastrar por la tristeza, por no dejar que Juan Carlos tirara solo del vagón, por servir de ejemplo, por intentar ser un apoyo en vez de un lastre, por no querer volverme loca, he seguido y seguido y seguido. Sé que durante todo este tiempo he tenido altibajos, ya me lo dijo mi psicóloga, que era algo que siempre llevaría y que con cada acontecimiento que pudiera perturbar un poco mi vida siempre saldría a flote la muerte de Ángela, y por ello a pesar de sentir miedo muchas veces, he sabido que era algo normal y que era algo con lo que tendría que aprender a vivir y hasta ahora, así ha sido, pero es que hoy por hoy me siento sin fuerzas.

Realmente estoy cansada y de nuevo tengo por delante un aprendizaje para seguir en la lucha. En esta lucha que es la vida y que a unos por unas cosas y a otros por otras, a veces nos cuesta tanto llegar a la meta. La mía es conseguir paz, sólo eso, paz.
Y bueno, vuelvo a echar mano de esas pequeñas cosas que todos tenemos en nuestras vidas y que sabiendo verlas, nos ayudan a poder estar ahí y a ir sacando fuerzas una vez más. ¡Mirar a vuestro alrededor!. Las hay, para todos.

Mi pequeña muñequita. Te queremos vida mía.