lunes, 27 de febrero de 2012

TOMANDO CONCIENCIA DE MI MIEDO

He tenido mis serias dudas sobre si seguir con esta segunda estimulación y finalizar el último tratamiento o si terminarlo directamente sin más. Llamaría a la clínica y diría que hicieran con mis óvulos congelados lo que quisieran porque ya no tenía fuerzas para otra decepción y por fin terminaría un sufrimiento que tanto miedo me estaba generando. Y lo he dudado y dudado y sopesado y como siempre que me encuentro en una encrucijada de sentimientos y comeduras de cabeza fui a ver a mi psicóloga con la que ya unos días antes había hablado y le había comentado como me sentía.

Ella me dijo que es normal que sienta miedo, que es normal que tienda a adelantarme a los acontecimientos porque mi cuerpo, mi cerebro guardan un aprendizaje, por desgracia con noticias malas, y esa memoria del cuerpo y de la mente es la que hace que cada vez me cueste mas alejar los pensamientos negativos y no esperar al resultado final, pero que con todo lo hablado en los días anteriores ella estaba segura que en el fondo no deseaba terminar así, que aunque me diera miedo sentir como estaba sintiendo no podía quedarme con la incertidumbre de qué hubiera pasado si lo dejaba sin terminar, así que como iba a sentir miedo de una forma u otra a sufrir, mejor salir de dudas aunque mi ánimo fuera esta vez, más cauto, más espectante. Dejaría pasar los días y veríamos como me iba encontrando y como iba a ir afrontando ese final que cada vez estaba más cerca.

Y es ese final el que realmente me da miedo y se lo dije a ella, porque unos día antes lo pensé y quizás era ese el verdadero planteamiento. Mi miedo era y es a que al acabarse este tratamiento y no haber embarazo, por fin me dé cuenta que Ángela no va a venir, porque mi corazón y mi alma lo saben, pero mi cabeza sigue esperándola.  Es una contradicción, porque la razón esta vez no va unida a la cabeza sino al corazón y el sentimiento tampoco va unido al corazón sino a la cabeza. Es muy complicado lo que siento y al ir viendo como se va cerrando esa ventana, estoy muerta de miedo al saber que todo va a ir cobrando realidad y que he de ir dejando paso a la razón, porque quiero poder dejar descansar en paz a Ángela, y esto supone el ir aceptando mi dolor y su ausencia. Y no es que yo piense que si me quedo embarazada será ella de nuevo, no. Es porque el proceso en el que todo se inició una vez, en el que ella pudo venir al mundo, termina. El ciclo termina. Esa ventana se cierra.

Por el contrario si volviera a hacerse el milagro de una nueva vida en mi, si de nuevo volviera a quedarme embarazada, entonces el proceso sería distinto. Entonces habría esos dos caminos de las que tantas veces he hablado y esos dos caminos los tendría que aprender a llevar, con sus miedos, sus tristezas, sus alegrías, y sus dos sentimientos compartidos, pero lo haría sabiendo que cada uno tiene su lugar. Y voy cogiendo fuerzas para poder intentarlo a pesar del miedo, así que en unos días empiezo mi último viaje al milagro de la vida.

Eres especial y realmente eres un milagro. Tú mi pequeña eres el milagro de la vida. Te queremos.