jueves, 9 de febrero de 2012

UNA DECISIÓN MUY MEDITADA

Antes de iniciar está última aventura, por tantas dudas, por tantos miedos, por no saber si era lo que quería, por pensar que quizás seguía queriendo que viniera Ángela o quizás por no tener claro como me sentiría si me quedaba de nuevo embarazada, si me alegraría o me sentiría culpable de poder volver a vivir todo cuanto amé y disfruté con Ángela, por querer poder tener la oportunidad de llevar los dos caminos paralelos que una vez me habló mi psicóloga y poder llevar los dos, cada uno en su lugar, sin estorbar al otro, aunque los dos caminos en mi vida, el dolor por su pérdida y la alegría de una nueva vida, decidí ir a ver a mi amiga-psicóloga y que ella pudiera despejarme toda esta serie de dudas que emergían con fuerza en mi cabeza sin darme tregua ni paz.

También durante días, estuve hablando con Ángela. Hablaba con ella constantemente y le decía que quería volver a ser madre, pero que tenía miedo. Tenía mucho miedo a no saber que iba a suponer esa decisión en mi vida, que yo la quería con todo el alma, pero que si venía otro bebé tenía también todo el derecho del mundo a ser amado con todo mi corazón y yo no sabía, no sabía si podría soportar el sentirme feliz con este nuevo bebé y no tener a mi Ángela a mi lado. Y le pedía que por favor me ayudara y que entendiera que para poder seguir viviendo, tengo que vivir, con todas las consecuencias, con todo de mi parte, con mi corazón y mi alma rotos, pero a la misma vez con ganas de poder volver a ilusionarme para poder llevar ese otro camino en paralelo. Que quiero llevarlo, quiero intentarlo como estoy haciendo desde que me la arrebataron.

Lo que pasa es que cuesta mucho. Sigue costando mucho a pesar del tiempo pasado, porque como le decía a mi psicóloga, yo tengo asumido que ella murió, pero no tengo asumido como murió y porqué, entonces es como un seguir esperándola constantemente ante algo que no debió suceder y es eso lo que mi cabeza debe poder dejar de pensar. Si yo la teoría me la sé muy bien, pero la práctica me cuesta mucho. Mi corazón y mi alma lo saben por eso siguen sangrando, pero mi cabeza aún no se ha terminado de dar cuenta y es una lucha constante entre el sentido y el sentimiento.

Y por esa lucha fui a verla antes de la última oportunidad y está claro que ella me pudo sacar de dudas y me animó a seguir luchando y de nuevo a hacerme ver que yo seguía teniendo el instinto de volver a ser madre y que ese instinto me ayudaría a superar muchas cosas y una vez más su aliento me llevaron a dar un paso hacía delante.

Así que como decía en el post anterior una vez más puse la ilusión y las ganas en que todo saliera bien y en poder dejar atrás muchos miedos y dudas y en creer que al final del camino hay luz y que podría ser. Podría ser, podría ser, podría ser......................

Mi amor chiquitín, mi estrella más gordita, tu eras la luz al final de mi camino, ahora quiero poder mirar al cielo y dejar que desde allí me sigas guiando. Te queremos.