lunes, 5 de diciembre de 2011

ENSEÑANZAS

ENFRENTARSE A LA VIDA

Cada noche me acuesto queriendo dormir para no dejar volar mis sentimientos hacía el dolor. Pero al levantarme cada mañana, intento empezar el día con mi mejor pensamiento. De él depende en gran parte, como será mi día.



Una mujer muy sabia se despertó una mañana, se miró al espejo, y notó que tenía solamente tres cabellos en su cabeza.
"Hmmm" pensó, "Creo que hoy me voy a hacer una trenza".
Así lo hizo y paso un día maravilloso.
El siguiente día se despertó, se miro al espejo y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.
"H-M-M" dijo, "Creo que hoy me peinaré de raya en medio"
Así lo hizo y paso un día grandioso.
El siguiente día cuando despertó, se miro al espejo y noto que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.
"Bueno" ella dijo, "ahora me voy a hacer una cola de caballo."
Así lo hizo, y tuvo un día muy, muy divertido.
A la mañana siguiente cuando despertó, corrió al espejo y enseguida noto que no le quedaba un solo cabello en la cabeza.
"Que Bien!" Exclamo.
"Hoy no voy a tener que peinarme!"
Tu actitud es todo.
La vida no es esperar a que la tormenta pase..., es aprender a enfrentarse a ella.


"CUANDO SE PIEDE UN HIJO CARGAMOS CON UNA MOCHILA CON PIEDRAS. LOS PRIMEROS TIEMPOS NO LA VAS A PODER LEVANTAR... UN DIA TE VAS A DESPERTAR Y LA VAS A PODER LEVANTAR...Y OTRO DIA VAS A APRENDER A CAMINAR. SIEMPRE LA VAMOS A TENER, PERO LA VAMOS A PODER LLEVAR".


Mi amor chiquitín, entre nubes de algodón quiero verte jugar y que con cada pensamiento positivo que tenga pueda ayudar a dibujar una sonrisa en tu dulce carita. Te queremos.

LA ACTITUD CUENTA, Y EL APOYO AYUDA

APRENDER Y SABER AGRADECER

En este mundo donde abundan las personas de tanto egoísmo, de no saber escuchar, de no apreciar nada de lo que uno tiene alrededor, de no ponerte en el lugar de los demás, de mirar únicamente lo que a uno le pasa, de no fijarse en el sacrificio de las personas que tienes a tu lado, en fin, de vivir rodeados de personas que no valoran nada ni a nadie y que se creen el ombligo del mundo, te das cuenta, te sorprende y agradeces infinitamente encontrar en tu vida gente que por un motivo u otro, bien porque son así, o bien porque algo en su vida les ha hecho fijarse y recapacitar, de que en la vida no todo es uno mismo y que por tanto el bien y lo bueno que te puedan aportar otras personas, siempre siempre hay que agradecerlo y sentirse afortunado por poder contar con esas personas.

Juan Carlos y yo siempre hemos sido personas agradecidas, pero desde la muerte de nuestra hija hemos aprendido a sentirnos agradecidos por mucho más. Por cada palabra, gesto, apoyo, sonrisa, abrazo, con todas y cada una de las cosas que tenemos y sobre todo con las personas que han estado con nosotros. Hemos descubierto que hay grandes personas en el mundo, y que quizás uno tiene que encontrarse con mucha gente a lo largo de su vida que no merecen la pena, para darse cuenta y apreciar realmente a las que si la merecen.

Creo que es importante, porque uno sea así o porque algún acontecimiento haga mirar las cosas de forma distinta, que las personas nos sintamos agradecidos y afortunados con las manos que nos sirven de apoyo y nos ayudan en los momentos duros de nuestra vida y te alegra poder participar de estos descubrimientos en las personas cercanas a ti y que hasta la fecha, quizás no habían sabido darse cuenta.

Por eso, cuando después de la recuperación de una persona cercana a nosotros que lo había estado pasando bastante mal, nos invitó a cenar a unas cuantas personas por agradecimiento a haberle servido de apoyo en esos días malos en los que vio el valor de la vida, nos alegramos profundamente, no por nosotros, sino por esa persona. Porque el hacerte agradecido y afortunado en muchas cosas, a pesar de otras, te hace mejor persona y quizás pueda servirte para entender aunque no necesites cortarte un dedo para saber. Es bonito e importante que valoren que has estado ahí, pero es mejor poder contar con esas personas cuando es uno, el que las necesita.

Mi pequeño tesoro, con la llegada del verano se remueven !tantos recuerdos¡. Pero tenemos la suerte de mirarte al cielo que ahora luce despejado. Te queremos.



LA ACTITUD LO ES TODO.

Esa noche en la que esa persona cercana nos iba a invitar a cenar a unas cuantas personas que el consideró que le habían estado ayudando en sus peores momentos, mientras íbamos llegando todos, la mujer de él se acercó y me dijo que sentía que no hubiera salido bien el tratamiento. Yo le dije que lo había pasado muy mal esa semana y que había llorado mucho. Ella me dijo que se me veía muy bien y que no lo aparentaba. Y le respondí, que de eso se trataba.

Hasta unas horas antes no sabía si iría a la cena o no, pero una vez decidido tenía que poner mi mejor cara, principalmente por el motivo de aquella celebración, por todos los presentes, por el anfitrión, por mi marido y también por mí. Ya he comentado otras veces que en esas ocasiones si uno sale, aunque pueda tener un momento puntual que no pueda evitar derrumbarse, debe intentar no estropear a los demás su salida y es importante también por uno mismo, para evadir la cabeza, distraerse y poder aprovechar esos instantes para dejar paso a la sonrisa. Ella se alegró mucho de ver mi actitud sabiendo que eso me hacía bien.

Resultó emotiva la cena. Reconozco que fue especialmente bonito verle emocionado al hacer los brindis y reconozco que aquellas palabras empleadas para agradecer a cada uno de los presentes, empezando por su mujer, valieron el estar esa noche allí. Su brindis a la vida y al reconocimiento del valor de ella merecieron un recuerdo especial.

Después de aquella noche y de la semana tan mala que llevábamos y en la que yo había estado intentando hacerme a la idea de que había llegado el momento de parar, a pesar del constante ánimo de Juan Carlos, empezaba una nueva semana en la que de nuevo la esperanza y la ilusión volvieron a nosotros gracias a la IVI.

Hija mía, otra puerta queda abierta. Quizás la última, porque después de ti, todo es incierto en esta búsqueda constante por vivir. Te queremos.


UN TRATO HUMANO MUEVE MONTAÑAS

Quizás no salga o quizás sí, pero en cualquier caso se nos brindó una nueva oportunidad que me hizo ver lo mejor del género humano, que me hizo emocionarme no por la nueva oportunidad, sino por el hecho de dárnosla, de pensar en nosotros y de intentar dar lo mejor de ellos mismos esperando que al final del camino, de nuevo se hiciera el milagro.

Hablo de la clínica IVI-Murcia. Hablo de todos y cada uno de los profesionales que la componen, empezando por supuesto por nuestra ginecóloga, pasando por el personal de recepción-administración, personal de laboratorio, auxiliares, médicos, enfermeras, personal de quirófano. Porque todo no está en el excelente trabajo que desarrollan, que ya es mucho. Si no que en nuestro caso, por las circunstancias, hemos recibido mucho más. Hemos recibido un calor humano, un trato lleno de cariño e ilusión por intentar llevar de nuevo la esperanza a nuestras vidas. Sabemos que en un trabajo donde hay tantas emociones a flor de piel se hace muy difícil la implicación personal, pero en nuestro caso, nos ha hecho ¡tanto bien!

Por eso aquel día en la consulta, después de nuestro último negativo, de nuestra última esperanza puesta en ese tratamiento, al decirme mi ginecóloga que no querían que saliéramos de allí con los brazos vacíos, y que si queríamos volver a intentarlo, nos darían facilidades para poder afrontar la parte emocional y la parte económica, no pude evitar ponerme a llorar. Entre lágrimas sólo pudimos darle las gracias y decirle ¡cuanto había significado para nosotros toda su humanidad! porque jamás nunca nadie podrá hacerse una idea de la falta de humanidad que sufrimos aquel día en el que dejaron morir a nuestra hija.

-Una mujer que luego de morir veía su vida resumida en una playa muy hermosa, desierta y sólo marcada por las huellas de sus pisadas a través de la vida. Siempre habían dos pares de pisadas pero en los momentos más tristes y dolorosos de su vida sólo había un par de pisadas. Al reunirse con Dios le reclama diciendo "Me prometiste que siempre estarías conmigo, que caminarías junto a mí aún en los momentos más duros y mira: siempre caminaste conmigo pero cuando viví los momentos más tristes me dejaste sola... lo sé porque en esos momentos veo sólo un par de pisadas".

A eso, Dios le respondió "Es cierto que siempre te acompañé como lo prometí. Y es cierto también que en los momentos más duros que tuviste que vivir hay sólo un par de huellas en la arena... eso es porque en esos momentos yo te llevaba en brazos". -

A pesar de todo Ángela, aún hay días en los que puedo seguir creyendo, en los que hacen que vea lo bueno que todavía hay. Mi pequeño corazón, Te queremos.

24 DE JUNIO DE 2010

SIN VELAS QUE SOPLAR

Hoy día 24 hace un año que empecé a escribir este blog. Hoy día 24 de junio es mi cumpleaños y como el año pasado y ya todos los que vengan, no lo celebraré. No quiero tarta ni por supuesto velas para soplar, porque no quiero que nunca más quede un deseo pedido sin cumplir. Hoy día 24 de junio cumplo 39 años y es una fecha para celebrar que sigo viva un año más, sin embargo hoy sólo pido pasar un día tranquilo y pensar en lo feliz que me sentí hace dos años cuando sople las velas de mi 37 cumpleaños llevando a mi hija en mi vientre. Hoy también es el santo de Juan Carlos, pero hoy no habrá celebraciones. Sí, saldremos a cenar los dos pero sobre todo y ante todo porque estamos juntos y eso es lo importante.

Nuestros amigos lo saben, y hoy nos llamarán sobre todo para desearnos un buen día y lo pasemos lo mejor posible. Es contradictorio. Porque por un lado uno debiera sentirse feliz por cumplir un año más, por estar vivo un año más con todo lo bueno y lo malo de la vida sabiendo disfrutar o aprendiendo a disfrutar las cosas importantes de ella, pero por otro en los días señalados es cuando uno hecha con más fuerza a las personas que le faltan, con las que tantas ilusiones había puesto, con las que tantos planes habías hecho, y todo lo que hoy celebrarías pasa a un segundo plano porque el día no está completo.

Hace un año un día como hoy, mientras escribía este blog me hinchaba a llorar, pero hoy aunque triste, estoy tranquila, serena, pensando y sintiendo con calma y esperando que hoy desde el cielo mi hija y mi madre, también mi cuñado, puedan sentir esa paz, que al menos hoy quiero como regalo.

Aunque no celebraré nada, si que les he dicho a mis amigos, que me gustaría hacer una cena o comida con ellos en los próximos días porque esos buenos momentos entre ellos y con ellos es lo que da a nuestro día a día un verdadero motivo de felicidad.

Hoy también desde hace un año, recibo muestras de cariño cada día a través de palabras de interés, apoyo, comprensión, ánimo, que también cada día recibo como un regalo y un motivo también para poder levantarme en mis momentos de bajón.

Ángela, mi hija. Mi bebé tú mi angelito eres el mejor regalo para tu padre y para mí, por eso siempre te guardaremos en el mejor de los sitios. El corazón. Te queremos.

BUENO Y MALO, PERO SIENDO POSITIVOS

LA AYUDA DE SABER Y COMPRENDER
La segunda quincena de abril y primera de mayo iba a estar movida. Por un lado llegaría la operación de la persona cercana a nosotros y por otro íbamos a comenzar un nuevo tratamiento de fecundación in vitro. Las dos cosas vinieron juntas, y aunque eran dos preocupaciones distintas ayudaron a mantener la cabeza distraída la una por la otra.

La operación salió bien, sin embargo por una serie de complicaciones la recuperación fue más larga de lo esperado y a pesar de estar en medio de nuestro tratamiento teníamos que mantenernos fuertes y mostrar nuestra mejor predisposición para poder ayudar en lo que pudiéramos y que esta persona sintiera la determinación de la gente cercana a no dejarlo caer y a procurar e intentar que cogiera fuerzas para poder levantar el ánimo.

Por desgracia tenemos experiencia en luchar para levantar el ánimo y sabemos lo que cuesta y lo importante que es saber que tienes personas a tu alrededor para ayudarte en esa lucha, sin embargo somos de la opinión de que en determinadas circunstancias, muchas, no hace falta cortarse un dedo para saber que duele, y por tanto sólo con intentar ponerte en el lugar de la persona que lo pasa mal por cualquier circunstancia uno puede comprender mejor lo que esa persona siente y como lo siente. Lo importante es comprender y estar ahí.

Al final con paciencia y muchos días fue recuperándose poco a poco. Muy lentamente, pero paso a paso. Y mientras, nosotros seguíamos también inmersos en nuestro proceso. De nuevo pinchazos, ecografías, análisis de sangre,........ No sé, pero está vez yo no tenía muy buenas vibraciones y aunque intentaba estar ilusionada me sentía como muy realista de las dificultades que con cada intento se hacían más patentes. Quería estar optimista, pero por otro lado buscaba pensar en hacer distintos planes por si no salía, por si ya no había opción, por si todo se hacía muy cuesta arriba. Era como querer conformarme, como rendirme ante lo evidente y darme cuenta que en algún momento había que parar. Estaba empezando a poner de nuevo los pies en la tierra y aunque en los siguientes días saldríamos de dudas, tenía, necesitaba ir haciéndome a la idea.

Mi amor, tú y nosotros mejor que nadie sabemos el milagro tan importante que fuiste. Nuestro corazón y el tuyo son uno y ya siempre será así. Te queremos.


MUCHAS DIFICULTADES, PERO UNA ILUSIÓN
Mis malas vibraciones se fueron haciendo patentes. Según iban haciéndome los controles ecográficos, fui viendo como esta vez mi cuerpo no reaccionó todo lo bien que cabía esperar y está vez mis ovarios generaron pocos óvulos y aunque su evolución iba siendo buena, yo sabía que de esta forma habría menos posibilidades, así que me dediqué a pensar en las cosas que podría hacer si salía mal. Donde ir este verano, las películas que iban a estrenar, las comidas o cenas que tenía pendientes de hacer en mí casa, las cosas que no iba a tener que dejar de comer por la toxoplasmosis...... En fin, una serie de cosas con las que pretendía engañar a mi cabeza para que el golpe fuera lo menos duro posible.

Y llegó el día de la punción (extracción de óvulos). Me dijeron que me habían extraído 10 aunque en realidad, maduros sólo había 6, por lo que se confirmaba lo que habíamos ido viendo en las ecografías. De nuevo a esperar y a desear lo mejor a pesar de saber que la cosa estaba difícil. Y llegó el día de la transferencia y allá que fuimos Juan Carlos y yo, sin saber si se podría hacer o no, pero la verdad no teníamos mucha esperanza así que de camino hacía la clínica Juan Carlos fue diciéndome que me iba a invitar a comer en un sitio que había conocido y que a mí seguro que me iba a gustar.

Entre broma y broma e intentando no perder el ánimo llegamos a la clínica y ¡sorpresa!, si se iba a poder hacer trasferencia pero esta vez sólo había un embrión, aunque después de nuestro convencimiento de que no se iba a hacer, fue una ilusión, y con una sonrisa de oreja a oreja entramos a quirófano donde todo estaba preparado para trasferirnos a nuestro pequeñín.

Ya estaba, y ahora mientras Juan Carlos terminaba el papeleo en recepción, yo esperaba sentada en la sala de espera de nuevo acariciándome la barriga y diciéndole al pequeñín que lo quería y que quería que se quedara conmigo, le sonreía y le hacía sentir mi alegría por llevarlo dentro. De nuevo a esperar y a creer.

He de decir, que siempre hemos recibido muy buen trato en la Clínica IVI, pero desde la muerte de nuestra hija, y sabiendo ellos como nosotros el milagro que fue y lo que ha supuesto para Juan Carlos y para mí en nuestras vidas, todos se han volcado con nosotros y hemos recibido y sentido un cariño y una atención especial que se ha hecho patente en el trato humano y en sus palabras de ánimo. Cosa que nos ha venido muy bien para nuestro estado emocional.

Ángela pequeño pedacito de cielo, eres especial y siempre lo serás, por mucho que pase, eres y serás un milagro de amor. Te queremos.


SINTIENDO LA REALIDAD
Durante esos días de espera, no me gusta estar observando los cambios o no cambios que voy sintiendo. Es decir, si tengo el pecho más grande o más sensible, si tengo pinchazos, si tengo o no dolor de regla, etc., etc.,...... Si es cierto que mis únicas obsesiones son los momentos en los que entro al cuarto de baño y espero no estar manchando, entonces pienso que todo sigue bien y que es normal no sentir nada, y el echo de estar en reposo casi total hasta la prueba de embarazo, porque me da miedo moverme o sentarme en determinada posición, hasta incluso estar de pié determinado tiempo. Supongo que es un estado de sobreprotección hacia el pequeño ser que las que nos sometemos a una fecundación in vitro, sabemos o tenemos la ventaja de saber que ya llevamos dentro. Y es curioso porque en realidad cualquier mujer que se queda embarazada de forma normal, no siente nada hasta que ve que no le viene la regla.

Y así fueron pasando los días de este último tratamiento, igual que los anteriores, entre reposo, miedo, ilusión. La única diferencia es que aunque mi cabeza decía sí, mi corazón me decía que no, que está vez no había habido suerte. Yo quería ser positiva, pero al mismo tiempo era como ir preparándome para un nuevo golpe y quizás, el último.

Por fin, la prueba. De nuevo fui temprano y está vez también llamó pronto mi ginecóloga, pero casi no habría hecho falta porque ya estaba manchando y aunque con Ángela también fue así, está vez yo lo sabía. Negativo. En seguida llamé a Juan Carlos y entre lágrimas se lo dije. No sé, aunque en el fondo era como si lo supiera, siempre guardas unas mínimas esperanzas y a pesar de querer estar preparada, no puedes evitar pensar en todo lo que llevas pasado, en la lucha que cada día intentas por no rendirte, por ser optimista, porque la tristeza no te pueda, por ver y valorar las cosas que sí tienes.

Respiré hondo, me tranquilicé y pensé y retrocedí en el tiempo y vi cuanto bien nos había hecho el trato recibido en la clínica IVI-Murcia y que a pesar de las circunstancias teníamos mucho que agradecerles, sobre todo y ante todo el habernos dado el milagro de nuestra hija Ángela y todo el interés que habían puesto en darnos un segundo hijo, por lo que me pareció bien escribirles un mensaje y dejarles constancia en esos momentos de tanta tristeza, de nuestra gratitud por su profesionalidad, pero ante todo por su trato humano hacía nosotros.

Sigue doliendo Ángela. Sigue doliendo mucho pero ahora puedo dibujar una sonrisa cuando te veo en cada Hello Kitty. Te queremos.


TIEMPO DE LLORAR Y REFLEXIONAR
Con este último tratamiento, había estado intentando hacerme a la idea de que posiblemente fuera el último que hiciéramos, no sólo por motivos económicos sino porque psicológicamente llevábamos un desgaste muy grande y cada vez que empezábamos todo volvía a removerse. Quizás había llegado el momento de empezar a plantearme que lo había vuelto a intentar, pero que el milagro se quedó en Ángela y en algún momento había que parar. Así que después de este último negativo, todo lo que llevaba andado se me vino de repente encima y la desesperación, la tristeza y una profunda rabia volvieron de nuevo a sumirme en un profundo dolor, ya que era como darme cuenta de que la aventura llegaba a su fin.

Que tristeza tan grande sentí esos días, lloraba sin parar y sólo podía pensar en Ángela y morirme de dolor queriendo volver a sentir sus patadas dentro de mí, su cuerpecito, su vida. Sentada en el suelo, amarrándome con fuerza la barriga sólo podía llorar y llorar hablándole a mi hija. ¡Cuanto la quería!, ¡cuanto la necesitaba!, -¿por qué, Dios mío? ¿por qué?,- repetía una y otra vez.

Intentaba hacer un esfuerzo cuando llegaba Juan Carlos, pero a veces me era imposible y él sólo alcanzaba a abrazarme y a decirme que debía pensar igual que antes de tener a Ángela. Ya nada podría cambiar el hecho de ser padres, el hecho de tener una hija, aunque estuviera en el cielo, y por tanto tenía que pensar que nosotros habíamos tenido la posibilidad de poderla sentir durante nueve meses, cosa que otras parejas no habían tenido ni siquiera ese tiempo. Y nos teníamos el uno al otro. Pero yo le decía que antes de Ángela era más fácil, pero después de ella, todo era distinto. Y realmente no es así. Porque lo que a mi me gustaría es poderla tener a ella y ser a ella a quien yo le diera todos los besos y mimos, caricias, y atenciones que mi corazón anhelaba. Era a ella a la que yo había conocido, sentido y amado y por tanto si no podía volver a tener la posibilidad de tener otro hijo, aún no existía y lógicamente no tenía sentimiento alguno sobre ese posible futuro hijo/a. Entonces me dí cuenta y comprendí que realmente debía pensar como antes de tener a mi niñita.

Que días tan horrorosos pasé hasta que me dí cuenta de eso, porque lo que sí tenía claro aunque quisiera otra cosa, es que ya no tendría a Ángela y que a pesar de todo era afortunada, muy afortunada por tener a esa maravillosa y gran persona que es mi marido a mi lado y quererme como me quiere. Me dijo que dejáramos pasar el verano, que descansáramos y desconectáramos, que cogiéramos fuerzas y que volveríamos a intentarlo.

Ángela, no me extraña que te volvieras loquita cada vez que notabas a tu papa cerca y oías su voz. Me gustaba tanto ver su alegría cuando te sentía. Te queremos.


LO POSITIVO DE LO NEGATIVO
Con el paso de los días me fui calmando y pensando en los planes que había estado imaginando durante los días de reposo por si el resultado era, el que había sido, es decir negativo. Y fui convenciéndome y conformándome con saber que a Ángela ya no podría tenerla pero había estado y por tanto ya siempre formaría parte de mi y que mi amor por ella siempre estaría tuviera o no tuviera más hijos porque cada uno tendría su lugar en mi corazón, de hecho, cada embrioncito que ha formado parte de nosotros ya se ha llevado un pequeño pedacito nuestro.

Sin embargo, a pesar de poner a trabajar mi cabecita para volver a sacar ánimo y poner ilusión en todos los planes alternativos a mi no embarazo, había pasado unos días tan malos pensando en que todo lo andado hasta el momento se me había venido abajo, que tuve la necesidad de ir a ver a mi amiga-psicóloga. Y ella, como siempre, me tranquilizó y me hizo ver lo que el dolor no me dejaba y me dijo "que no me preocupara por como me había sentido esos días, que era normal, que desde la muerte de mi hija cualquier cosa que me sobrepase o que me agobie más de lo normal tenga o no tenga que ver con ella, hará salir con fuerza ese dolor porque en mi estado de ánimo, en mis sentimientos, ese acontecimiento es el que está por encima de los demás y por tanto será esto lo que siempre me aflore. Y me dí cuenta que es cierto, que ante cualquier adversidad, siempre, siempre vuelvo a ella. Pero me tranquilizó y me dijo que se sentía contenta por como estaba reconduciendo mi vida y que dentro de todo estaba llevando con normalidad el duelo.

Me doy cuenta que sigo teniendo días buenos y días malos. Me doy cuenta que los malos me superan en intensidad, sin embargo los buenos van superando en cantidad y aunque no puedo evitar tener días malos, puedo intentar sacar algo en claro, o encontrar algo positivo de ellos. Por un lado me desahogué, por otro volví a levantarme, por otro vi que aunque tenga momentos muy malos, estos pueden pasar si yo quiero y me ayudan, por otro dejé de obsesionarme y junto a Juan Carlos acordamos unos meses para asentar sentimientos y por otro el cariño de mi amiga-psicóloga que al despedirse de mi ese día me abrazó y me dijo:-"¿sabes que te quiero un montón?. Me hizo sonreír y alegrarme porque yo la considero una amiga.

Pequeñita linda, de mofletes gorditos y piel rosadita, aunque llore mi amor, no te sientas triste, porque esas lágrimas son de puro amor. Te queremos.

LECCIONES DE VIDA

LECCIONES DE VIDA:

He aprendido a valorar todo lo bueno que me da la vida.
He aprendido que cada día puede tener pequeños momentos de paz o quizás incluso de felicidad, sólo hay que saber verlos.
He aprendido que la familia no siempre ni toda, es la de sangre.
He aprendido a darme cuenta que a pesar del dolor, puedo seguir viviendo gracias a los que me ayudan a levantarme cada día.
He aprendido a dar gracias por muchas cosas.
He aprendido a saborear las pequeñas cosas a las que no les damos importancia porque forman parte de nuestra vida.
He aprendido a llorar para deshogar el dolor y la rabia para luego poder sonreír.
He aprendido que ahora, es ahora y por tanto mañana ya no podré recuperar los momentos no vividos. (Aunque no siempre pueda conseguirse).
He aprendido a luchar para poder afrontar lo mejor posible las dificultades de la vida.
He aprendido a aceptar que la vida es una montaña rusa de sentimientos en los que unos días estaré arriba y otros abajo.

He aprendido a guardarme las lágrimas en muchos momentos para no hacer sufrir a los que me quieren.
He aprendido que hay gente que necesita cortarse un dedo para saber lo que duele, y eso es muy triste.
He aprendido el verdadero y maravilloso significado de la amistad.
He aprendido que a la gente no le importa cuánto sabes hasta que saben que te importa.
He aprendido a no juzgar a los demás, por lo que pienso lo que digo y no digo lo que pienso.
He aprendido que me está tomando mucho tiempo convertirme en la persona que quiero ser.

He aprendido que un niño que sólo ha vivido unos momentos puede ser mi más grande maestro.
He aprendido que puedo seguir adelante mucho después de que pensé que no podía más.
He aprendido que somos responsables por lo que hacemos, independientemente de cómo nos sintamos.
He aprendido que los héroes son aquellas personas que hacen lo que se necesita hacer, sin importar sus circunstancias personales.

He aprendido que saber perdonar requiere de mucha práctica.
He aprendido que los amigos se convierten en extraños y que los extraños se convierten en amigos.
He aprendido que la ignorancia no es excusa para la falta de compasión.
He aprendido que la ignorancia engendra ignorancia.
He aprendido que algunas personas nunca, jamás entenderán.

He aprendido que hay personas que me quieren mucho, pero que no saben cómo demostrármelo.
He aprendido que el verdadero amor continúa creciendo, sin importar la más grande de las distancias.
He aprendido que la comunidad en el dolor es la más fuerte de todas.
He aprendido que no siempre es suficiente ser perdonada por otros. En ocasiones hay que aprender a perdonarme a mí misma.

He aprendido que no importa cuán roto esté mi corazón, el mundo no se detendrá por mi duelo.
He aprendido que la vida puede cambiar en cuestión de minutos.
He aprendido que escribir, al igual que hablar, puede ayudar a disminuir mi dolor.
He aprendido a confiar en mí.
He aprendido a ver cuanto amor puede haber en un pequeño gesto.
He aprendido que un abrazo de alguien que te quiere puede llenarte el alma y hacer de un día gris, uno soleado.
He aprendido que la gente que más quiero, siempre será arrebatada de mi vida demasiado pronto.
He aprendido a dejar a mis seres queridos con palabras de amor. Puede ser la última vez que los vea.
He aprendido que el hogar no es algo material sino que se lleva en el corazón y está hecho de recuerdos que te lo van llenando.

He aprendido cuantas cosas se pueden hacer para aprovechar cada día.
He aprendido a mirar al cielo y ver.
He aprendido que el amor no se mide por la cantidad de tiempo que tuve con alguien.
He aprendido que hay dolor tan profundo que no tiene palabras. Al igual que el amor.
He aprendido que los nueve meses que llevé a mi hija dentro nos han valido por toda una vida.
He aprendido la grandeza de ser MADRE gracias a ÁNGELA.
Todas estas cosas y muchas más me ha enseñado mi hija.


Gracias Ángela hija mía, por tanto amor, por todas las cosas que me has dejado y sobre todo por ser nuestra hija. TE QUEREMOS.

DESPUÉS DE LA TORMENTA UN DIA BUENO

LEVANTAR EL ÁNIMO PARA DAR ÁNIMO
Después de tantos posibles planes para Semana Santa y fiestas de primavera y esperando con todas nuestras fuerzas no poder hacer ninguno por haber querido estar en reposo con nuestro frigobebé y no ser así, realmente se nos quitaron las ganas de hacer nada de lo que nos habían propuesto. Ellos lo comprendieron y no nos dijeron nada, esperando que en cualquier momento pudiéramos cambiar de opinión. Pero no fue así.

Es cierto que buscas estar distraída, mantenerte ocupada y sobre todo con gente que quieres y con la que te sientes a gusto, pero también es cierto que en los momentos de más fiesta es cuando sientes con más fuerza la ausencia de las personas que ya no tienes y por eso esos días buscas no encontrarte metido en medio de ningún evento, fiesta, o el alboroto y alegría normal de unas fiestas. De esa manera, al aislarte de ese mundo es como si la tristeza siguiera su curso y te doliera menos. Al no ver ni oír, recuerdas con mayor serenidad las cosas que antes hacías o todas las que tenías planeadas en esos días y que al menos de momento no te apetece hacer, porque ya nunca será igual.

A la única procesión que fuimos fue a la de Jueves Santo. La procesión del silencio. Fuimos con nuestros amigos-vecinos y nuestro pequeño ahijado. A pesar de encontrarnos a gusto, sobre todo porque estábamos con ellos, la noche no fue como habíamos pensado. Nos encontramos con unas personas muy cercanas a nosotros y nos dieron una mala noticia. En las siguientes semanas veríamos como se desarrollaba todo pero en el momento fue un jarro de agua fría y una nueva preocupación y desasosiego. Debíamos estar fuertes sobre todo para estar al lado de esas personas y darles todo nuestro apoyo, nuestra fuerza y todo lo que necesitaran. Íbamos a ser optimistas y positivos.

Por desgracia Juan Carlos y yo sabemos lo que es pasar momentos malos, pero igualmente sabemos lo importante que es tener a la gente que te quiere y que te importan cerca de ti, dándote ánimo y haciéndote saber que están ahí. Y cuando uno está mal hay que intentar sacar fuerzas para poder ayudar con tu mejor cara, tu mejor sonrisa y tu mejor optimismo. Así que aunque habíamos pasado unos días de tristeza ahora teníamos que buscar en todo lo bueno y de esa forma poder servir de apoyo nosotros.

Chiquitina a veces parece no pasar el tiempo, y no es que quiera olvidar, eso nunca, jamás, sólo quiero que duela menos. Te queremos.

UN PRECIOSO DÍA PARA RECORDAR
Después de la noticia que nos habían dado esas personas tan cercanas a nosotros, Juan Carlos llevó unos días bastante chafado y preocupado. Yo intentaba animarlo y que él se sintiera confiado en que todo iba a salir bien, porque realmente así lo sentía yo. Algunas veces me pasa. Es como si tuviera un sexto sentido que me dijera que todo va a ir bien, que no hay porque preocuparse, y como suelo acertar, eso nos tranquilizaba. En cualquier caso, Juan Carlos es muy positivo y sabía que llegado el momento el estaría con su mejor optimismo para poder transmitirlo y ayudar entre otras cosas, a hacer sentirse mejor.

Durante la Semana de Primavera, fue el cumpleaños de nuestro amigo-vecino y ese fin de semana nos invitó a comer fuera. Al principio no sabíamos si íbamos a ir, porque como el ánimo estaba regular, no queríamos chafarles el día. Pero luego pensamos que nos haría bien salir y distraernos y compartir ese día con la mejor cara y la mejor predisposición con nuestros queridos amigos y ahijado.

Y allá que nos fuimos. Dispuestos a pasar un buen día. Y ¡qué día!. Como me alegro de habernos ido. Fue un día maravilloso, con todas las letras. Nos había invitado a comer caldero en un restaurante que él conocía en Cabo de Palos. Hacía un día soleado y el restaurante estaba al lado del puerto. La mesa la había pedido fuera, al lado del mar, con los barquitos cerca y la brisa marina que hacía que aquel día de sol fuera muy agradable.

La comida fue estupenda, refrescada por una buena sangría y amenizada con mucho cariño y muchas risas, como no, ocasionadas por nuestro pequeño ahijado. Estuvo sentado en una trona, disfrutando como un mayor de cualquier cosa que llegara a sus manos y pudiera saborear en su boca.

Ya después de la comida y mientras ellos hacían un poco de sobremesa, me llevé al pequeño a que pudiera dar un paseo. Le encanta ir mirándolo todo y me hace mucha gracia porque desde su altura, va levantando la cabecita para no perderse nada. La única tristeza del día, que no fue culpa del camarero, porque no lo vio, fue un empujón que le dieron y el pobrecito se cayó y sé puso a llorar con una carita como diciendo: ¿por qué me han tirado?. No fue nada, enseguida se le paso, pero reconozco que se me partió el alma. Enseguida lo cogí y le dí cuarenta mil besos y lo abracé muy fuerte, creo que más para consolarme a mí que a él de ver su carita de desconcierto.

Finalizamos el día tomando un helado y riéndonos a más no poder de ver al pequeño comiéndose él un cucurucho con chocolate. Sé puso hasta los ojos, pero igual que un rato antes te daba dolor verlo llorar, ahora se te agrandaba el corazón viéndolo disfrutar así. La vuelta fue también muy divertida porque llevábamos música infantil y el pequeño no paraba de mirarnos, bailar y hacer palmas y por supuestos, todos con él. (Menos el conductor).

Qué día tan, tan bueno. De esos que te liberan el alma y te hacen sentir lo mejor de la vida. De principio a fin todo fue bueno, el día, la compañía, la comida, el lugar, el viaje, la conversación, las risas....TODO.

Mi dulce hija, como te llevo en el corazón en días como estos, porque estás en cada cosa bella que nos hace disfrutar. Te queremos.

CREO EN ANGELITOS

YO LO SOÑÉ
Cuando escuchamos esta canción de ABBA, siempre nos hace acordarnos de Ángela, porque ella es un angelito, pero seguro que cada uno tiene a su angelito de la guarda velando siempre en su vida.Esta es la letra, y también se puede ver y oír en cualquiera de estos enlaces:







ABBA Estoy Sonando (I Have a Dream - in Spanish) Letras:
Yo lo soñé
y el corazón
me hablo de amor
con emoción
Si vives la magia
de hadas que hacen bien
veras que el futuro
sonríe también
Creo en angelitos
que me cuidan
siempre de caer
Creo en angelitos
que la vida linda
me hacen ver
Y llegaré
yo lo soñé
Yo lo soñé
no fue ilusión
y me ayudó
en mi aflicción
Y la fantasía
a la oscuridad
la transforma en día
en una verdad
Creo en angelitos
que me cuidan
siempre de caer
Creo en angelitos
que la vida linda
me hacen ver
Y llegaré
yo lo soñé
Y llegaré
yo lo soñé
Yo lo soñé
y el corazón
me hablo de amor
con emoción
Si vives la magia
de hadas que hacen bien
veras que el futuro
sonríe también
Creo en angelitos
que me cuidan
siempre de caer
Creo en angelitos
que la vida linda
me hacen ver
Y llegaré
yo lo soñé

Tú Ángela, eres nuestro mejor y más preciado tesoro de todos cuantos en la vida uno puede tener. Te queremos.

ABRAZOS

ABRAZOS QUE LLENAN EL ALMA
Entre unas cosas y otras, habíamos estado varios días sin ver a nuestros amigos-vecinos y por supuesto a nuestro pequeño ahijado. Como no estamos acostumbrados a estar sin vernos más de tres días, cuando el pequeño nos divisó entre la valla de su casa, empezó a chillar y a querer enseñárnoslo todo señalando con su dedito. Al entrar en la casa casi se tira por las escaleras, estaba tan nervioso que su padre tuvo que cogerle la manita y ayudarlo a bajar. Acto seguido lo cogí en brazos y ¡cómo expresar lo que ese pequeño me hace sentir!, no sé si tiene un sexto sentido además de querernos un montón, o son casualidades de la vida, pero después de los días tan tristes y faltos de ánimo que llevábamos el abrazo que me dio el pequeño me devolvió la vida.

Estuvo como unos diez minutos abrazado a mí. Con su cabecita apoyada en mi hombro y a la misma vez mirando a Juan Carlos y dándole la manita. De vez en cuando me levantaba la cabecita y me miraba y de nuevo volvía a apoyar su cabeza en mí. Al final su madre tuvo que decirnos que pasáramos porque no había forma de que se despegara. Fue emocionante, un subidón de adrenalina, de puro amor. Después ya en la casa, no hacía más que dar vueltas alrededor nuestro. Se iba a las piernas de Juan Carlos o venía corriendo hacía mí para abrazarme. El estaba contento, feliz, pero a nosotros aquel día, como tantos otros, nos llenó el corazón con su alegría, sus abrazos, su cariño. Y a nuestros amigos-vecinos que gusto les daba ver y saber que esos gestos de su hijo nos ayudan tanto.

Ese día recibí también el abrazo cariñoso y emotivo de una persona que se sentía triste y que al hablar conmigo y desahogarse y saber que yo la entendía a pesar de su adolescencia, porque aunque se nos olvide, todos hemos pasado por esa época de rebeldía e incomprensión. Yo la ayudé con mi apoyo, mis palabras y mi comprensión y ella me lo agradeció con ese abrazo que le salió del corazón y que aquel día también me ayudó a llenar el mío.

Mi ángel chiquitín. Quiero besarte, quiero acurrucarte y sentirme de nuevo unida a ti. Algún día Ángela, cada día falta menos. Te queremos.

EL FORO, EL FRIGOBEBÉ Y EL NO DECAER

DESCUBRIENDO SENTIMIENTOS IGUALES

Pronto llegaría Semana Santa y también en Murcia las fiestas de primavera, y ya unos y otros iban preparándonos planes para esas fechas. Que sí ir a ver las procesiones en Lorca, a las que no habíamos ido nunca y nos habían dicho que eran muy bonitas, que si una comida con unos amigos para el día del bando de la huerta, que si otra comida en una barraca. Bueno nosotros dejábamos planear. Todo estaba en suspenso y con la incógnita de ver si para esas fechas estaría de nuevo embarazada y no podría hacer nada de lo planeado. Todos nos decían que ojala no pudiéramos ir a nada de lo que nos habían preparado, porque sería por algo bueno y así lo esperaban ellos y por supuesto nosotros.

En estos días me acordé de las chicas del foro de angelitos que hacía tiempo que no entraba y volví a conectar con ellas porque tienen tanto amor, tanto sentimiento, tantas buenas palabras hacía sus bebés y hacía los bebés de las demás mamás que siempre encuentran una palabra para animar y reconfortar aunque no te sientas triste. En especial me acordé de una de ellas que unos meses atrás me había dicho que era un poco brujita y que seguro que para final de año estaría de nuevo embarazada y aunque por poco tiempo, acertó. Y no sé, en ese momento que iba a empezar el tratamiento con el embrión congeladito, y aunque no les había comentado nada, era como compartir de alguna forma el deseo de volver a ser madres que todas tenían y tienen y que constante intentan animar a las demás en esa nueva búsqueda, en esa nueva aventura teniendo siempre presente cada una de ellas a su angelito a pesar de todo.

También de casualidad encontré un foro de problemas de fertilidad y daba la casualidad que habían entablado unos temas sobre embriones congelados para marzo, o de betaesperantes para esos días y empecé a leerlos y me dí cuenta que todos esos miedos, esas incertidumbres, esas sensaciones, síntomas o no síntomas, cuidados exagerados y precauciones de todo tipo, que yo pensaba que me hacían ser un poco maniática, resulta que todas esas chicas que estaban pasando por lo mismo que yo, también sentían. Tanto los días previos a la extracción, como los betaesperantes, es decir, los días en los que ya tienes a tus embrioncitos dentro de ti, pero tienes que esperar al análisis de sangre, la beta, para saber si estás o no embarazada. ¡Era tan curioso leer todos esos comentarios que de alguna forma te hacían verte reflejada en ellos y por tanto darte cuenta que lo que tu sentías en todo el proceso era perfectamente normal! y me hacía gracia. Tampoco había leído nada hasta entonces sobre quién se había puesto embriones congelados, por lo que me pareció también muy curioso y en muchos aspectos revelador, entre otras cosas porque me ayudó a tomármelo con menos frialdad, y hasta en cierto punto como un juego.

Me dulce tesoro. Todos los días vas en mi corazón, todas las noches en mis sueños y cada mañana en el susurro del amanecer. Eres mi niñita. Te queremos vida mía.



PREPARANDO AL FRIGOBEBÉ

En este nuevo foro sobre fecundación, aunque yo no participaba, si leía lo que escribían las demás y me resultó útil, sobre todo porque era una forma de ir compartiendo sentimientos, miedos, alegrías, esperas, ilusiones que todas íbamos a experimentar en unos pocos días. Era como ir viéndote reflejada en el día a día de todas ellas, pues todas íbamos a compartir la misma experiencia y por tanto las mismas sensaciones, incertidumbres y espera.
Unas comentaban sus tratamientos, otras los embrioncitos que tenían congelados, algunas ya habían pasado por un tratamiento con congelados y por tanto servían de ayuda a las demás, pero lo más gracioso, lo que más me llamó la atención y me resultó muy simpático, fue la forma en la que la mayoría de las chicas llamaban a sus embrioncitos.

Findus, pingüinitos, frigobebés, frigohijos, esquimalitos. Resultaba chocante pero a la misma vez era una forma de ir quitándole hierro al asunto. Era como hacerlo menos impersonal, menos frío (no por lo de ser congelados), era como darle menos importancia al proceso y más si cabe, al hecho de que esos pequeñitos seres estaban en espera. Estaban esperándonos y nosotros a ellos. Era una nueva manera de mirar el proceso, sin la angustia y la ansiedad que generan esos días de proceso, de espera.

Así se lo conté a Juan Carlos y a él también le hizo mucha gracia y mira si le hizo gracia que de todos los posibles nombres que daban en el foro él empezó a llamarlo Findus. A mi me daba mucha rabia y yo le decía que lo llamará frigohijo o frigobebé y el se reía y me hacía rabiar. Yo lo sabía y por eso no se lo tomaba a mal y de todas formas era también una forma de hacerlo participar en nuestra nueva aventura sin que tampoco para él fuera psicológicamente más duro de lo que ya era.

Me iban a hacer la transferencia del embrión en un ciclo natural mío, y aunque no tenía que pincharme sí había que prepararme el endometrio y por tanto tenía que tomar una medicación, hacerme controles ecográficos, de sangre. Bueno, otra vez al lío y mientras nuestro frigohijo esperando el momento adecuado para la desvitrificación.

Muñequita, cuando cierro los ojos es tu imagen la que veo, porque tú mi amor eres mi mejor recuerdo. Ángela, te queremos.


OTRA LUCHA EN EL CAMINO
Andábamos contentos esos días. Yo me levantaba por las mañanas contenta, con un optimismo renovado, con alegría y esperanza. Por un lado quería que los días pasaran, pero por otro los estaba disfrutando. Estaba viviendo esa nueva aventura con ilusión y sólo sabía que cada día que pasaba me acercaba un poquito más a nuestro frigobebe o frigohijo.

¡Cuanto nos pudimos reír Juan Carlos y yo con el apodo cariñoso que le dábamos cada uno!, hasta lo contagiamos a nuestros amigos que al vernos con esa alegría disfrutaban por nosotros. A pesar de no tenerlo todavía conmigo, le hablábamos y le mandábamos ánimo porque pronto estaría calentito y recibiendo todo nuestro amor. Seguro que esta vez tendríamos suerte. Nada de ser negativos. Nuestro embrioncito frigohijo era fuertote y había superado hasta ahora todos los obstáculos así que íbamos a esperar lo mejor.

Se acercaba el día y quedaron en llamarnos para decir si la desvitrificación y el proceso de desarrollo había sido normal. Y seguimos siendo positivos, seguimos optimistas, seguimos contentos un día más, una noche más. Esa última noche todavía podíamos soñar.

Llegó la mañana y con ella una nueva decepción. Me llamó mi ginecóloga que ni siquiera estaba en la clínica pero que estaba muy pendiente del resultado de aquel día. En su voz noté su decepción y su tristeza por nosotros. Y que decirnos, después de tanto que podía decirnos. Como pude, saque fuerza y llamé a Juan Carlos para decírselo. El se sintió tan abatido como yo y aunque quedamos en llamar a la clínica para pedir cita y ver que posibles opciones teníamos, nuestro ánimo estaba por los suelos. Esa tarde les puse un mensaje a mis amigas diciéndoles que no había podido ser. Enseguida me contestaron sabiendo que en este nuevo proceso habíamos querido tener una actitud distinta y que al final por no hacerlo tan impersonal, aunque parezca increíble, le habíamos cogido cariño a nuestro pequeño embrioncito.

A pesar del tiempo pasado, todavía hay días en los que la alegría de tu llegada me hacen sentir por momentos esa emoción de pensar en tenerte en mis brazos. TE QUEREMOS.


UN PASO ATRÁS, DOS HACÍA DELANTE
La verdad es que nos afectó más de lo normal. Después de lo que llevamos pasado quizás resulta raro. Pero es que por intentar ser lo más optimistas posible, por dar un nuevo giro al proceso, por querer tomárnoslo con sentido del humor, al final fue peor el remedio que la enfermedad. En nuestro afán por quitarle importancia, por tomárnoslo como un juego, sin darnos cuenta nos habíamos ido metiendo en un mar de sentimientos que al final tuvo como consecuencia el cariño que ya le habíamos tomado, porque era nuestro posible hijo.
Pasamos unos cuantos días bastante chafados, incluso de vez en cuando alguna lágrima brotaba de nuestro rostro, pero es que ¡era todo tan duro! Mi amiga de la misma calle me dijo que a pesar de sentirnos ahora tan tristes ellos se habían alegrado de habernos visto esos días atrás con tanta ilusión y que no tiraramos la toalla. De hecho, aunque ella me dijo que no creen en esas cosas, pero por agotar todos los cartuchos, me regaló un Llamador de Ángeles", porque le habían dicha que traía suerte y para que me lo pudiera colgar me dejo una cadena suya que ha ella le había traído mucho suerte y guardaba con cariño. Lo cierto es que me emocionó mucho y quizás por lo sensible de aquellos días unido al bonito gesto, me hizo llorar.

Fueron unos días bastante tristes, (alguna ya lo sabéis), pero teníamos que volver a levantarnos y a pensar que debíamos remontar buscando todo lo que nos llena en nuestro día a día.
Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida. Continúa… La felicidad te mantiene Dulce, Los intentos te mantienen Fuerte,Las penas te mantienen Humano,Las caídas te mantienen Humilde,El éxito te mantiene Brillante.Pero sólo Dios te mantiene Caminando...

Con el cielo azul te imagino sentadita en una nube, mirando desde arriba y sonriendo porque estás feliz. Así quiero pensarte, así quiero soñarte, así quiero sentirte. Te queremos, Ángela.